jueves, 24 de julio de 2008

Robo en Starbucks

Sí, es verdad que los robos no son un gran tema de conversación porque son frecuentes. Sí, es verdad que la inseguridad nos persigue todos los días, pero ¿está bien reclamarle al gobierno por todos los robos?, ¿no tendremos algo de responsabilidad?

Hace poco una amiga me contó que asaltaron el Starbucks que queda cerca de mi casa, una zona que nada tiene que ver con Las Lomas. Me contaba un poco exaltada cómo ya ni siquiera podíamos tomarnos un café tranquilas. Unos minutos después, otras amigas se anexaron a la conversación y cada una discutía cómo los asaltos y robos son el pan de cada día sin que nadie haga algo para detenerlo. En ese momento, captaron mi atención, despegué los ojos de la pared en la que los tenía postrados y argumenté contra todo lo que decían.

Sí, es verdad que los robos no son un gran tema de conversación porque son frecuentes. Sí, es verdad que la inseguridad nos persigue todos los días y lamentablemente vemos como “normal” que alguno de nuestros conocidos haya sido víctima de un asalto. Pero ¿está bien reclamarle al gobierno por todos los robos?, ¿podemos culpar a las leyes inservibles que, en vez de ampararnos, quedan en el abismo de la ineficiencia? o ¿mejor culpamos a las autoridades y al Presidente?

En mi opinión le podemos echar la culpa a cuanta persona queramos, pero estas cosas pasan con tanta frecuencia en cierta medida por nuestra culpa.Meditemos un segundo. ¿Acaso no habitamos en un país que tiene una población del 70% viviendo en la pobreza? Imaginemos la escena de contraste: Estás en un Starbucks catching up con tus amigos, tomándote un rico café, mostrando tu nueva adquisición electrónica que te costó el sueldo mínimo ganado en dos meses. O bien, imagina esto: estás reunido con tu grupo de trabajo de la escuela, cada uno con su respectiva laptop, disfrutando de un delicioso pie de mora mientras afuera está una mujer indígena vendiendo mazapanes con tres niños o un chico escupiendo gasolina y tirando fuego por un peso, en cambio tú gastas 50 pesos en un frapuccino caramel ó 40 en un latte.

En estos momentos es cuando puedo afirmar que estas agresiones pasan por nuestra culpa. No digo que no sea terriblemente injusto que alguien pueda entrar a un lugar y quitarnos todas nuestras pertenencias ¡así nomás!, pero miremos a nuestro alrededor; ¿no es la misma injusticia la que cometemos nosotros al regocijarnos ante los demás por la nueva lap o el ipod touch recién adquirido?

Todo es cuestión de entrar en el contexto, no deja de ser cierto que las leyes son ineficientes, que tenemos a un cuerpo policiaco negligente y una burocracia nefasta, pero podemos evitarnos estos pesares reflexionando un poco.Sé que mi visión puede parecer pesimista aunque yo la llamaría realista. Es menester que entendamos el contexto nacional en el que nos tocó vivir para poder hacer cambios, primero debemos entender, después criticar.Obvio, esto no aplica en todos los casos, pero el ejemplo me parece bueno para tratar de entender el punto, para que ustedes (los jóvenes como yo) no se arriesguen sólo por mostrar quién tiene más dinero, más ropa de marca o el mejor carro.

Puede ser que al leer esto hayas pensado varios argumentos para refutar mi escrito, me gustaría conocerlos. ¿Has pasado por algo parecido y pudiste haberlo prevenido? o ¿crees que llames o no la atención, estamos en un país rotundamente inseguro donde las leyes son las que deberían aplicarse con mano ruda


escrito por : Natalia Gutiérrez *tVa.com.mx*

Ingresado a Agarra la Jarra por ser sumamente chido su artículo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí, es verdad que no debe uno ostentar por el mismo hecho de ostentar, por muchos factores, resulta un acto negativo.

Sin embargo, el asunto de quien tiene más y quien tiene menos, es sencillo. Sin apasionamientos y con objetividad, se debe recordar que la misma naturaleza elimina a los no aptos y premia a los fuertes. Así que si algunos individuos no se pueden mantener a flote, deberán, y de hecho así pasa, serán eliminados.

¿Vamos a culpar a alguien de que el león se alimente de las gacelas?