Se acaba de aprobar una iniciativa de reforma judicial, la cual concedería facultades extraordinarias a los agentes de los Ministerios Públicos y los cuerpos policíacos. Todo esto con el pretexto de la seguridad publica y el “estado de derecho”
Rotundamente yo me opongo, esto choca con nuestro Art.16; “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial
y sin que preceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado cuando menos con pena privativa de libertad y existan datos que acrediten el cuerpo del delito y que hagan probable la responsabilidad del indiciado. La autorid ….” , realmente dudo que si no se hace un esfuerzo real en poner a las personas adecuadas, esto se volverá todo un descontrol, no quiero que un policía me baje simplemente de mi auto y revise todo y me detenga porque se le antoje, y que no tenga ningún propósito mas que el hacerme perder tiempo y dinero, porque de seguro, como mucho hemos oído, te meten algo y pa el bote vas, y de aquí a que te hace un juicio, ya estarás un rato tras “las rejas”, o simplemente en tu domicilio, van a hacer cateos por donde ellos piensan que posiblemente, no están nada seguros, pero posiblemente ahí este el ladrón , y pum un destroce en tu casa y pues ni pex, esta en la ley y no puedes hacer nada. Necesitamos leyes y reformas que ayuden a los ciudadanos, no que den mas fuerza a otras instituciones las cuales realmente son un desorden y la gente se tendrá que cuidar de tanto ratas como de cerdos (policía).










1 comentario:
En efecto, camarada.
Como lo decía Platón; únicamente, y hasta que los filósofos gobiernen, las sociedades no serán funcionales y armoniosas. Luego entonces, en nuestra de por sí, corrupta sociedad, donde difícilmente encontramos a algún funcionario público que pueda al menos definir qué es ética, será aún más difícil encontrar a alguno que la posea, aparte de otras virtudes críticamente necesarias para ejercer lo mejor posible los propuestos nuevos poderes.
Es sin duda un error más de gobernantes y gobernados por igual. Por supuestos, los gobernados somos los que salimos perdiendo.
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